PASCUA

La fiesta es una palabra mágica que siempre conmueve el corazón humano. Es un deseo profundo que aún no se ha desvalorizado. Tanto en las religiones antiguas como en el desacralizado mundo moderno, el hombre necesita y busca espacios de tiempo despejados para celebrar la fiesta. El deseo de participar en ella surge porque quiere liberarse de la caducidad de todo l oque le rodea y empalmar con un tiempo, pasado o futuro, que sea salvador.
La fe cristiana no prescinde de la fiesta, pero la encaja en la historia y la salva del a alienación. La fiesta está en el corazón del hombre. La superación del hombre viejo, avocado al a muerte, no se consigue con destruir frenéticamente cosa exteriores, sino mediante la conversión del corazón. El edificio del mundo nuevo, de la criatura regenerada, es le resultado de aceptar el principio vita de una levadura que hará fermentar toda la masa.
La Iglesia celebra la fiesta de la resurrección de su Señor, no mediante  ritos externos, sino mediante la novedad de vida de sus miembros.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Evangelio Jn 20, 1-9

María Magdalena, Pedro y Juan no eran unos visionarios: sólo constataban los hechos escuetos. Ahorra bien, estos hechos no demostraban la resurrección de Jesús. Ellos llegaron a creer porque aceptaron la llamada invisible de Dios. Dios no suele hablar en medio del bullicio del fanatismo religioso.

II DOMINGO DE PASCUA


Evangelio Jn 20, 19-31

Cristo ha resucitado. Pero este acontecimiento histórico ha sucedido solamente ante Dios. Ningún ser humano ha sido testigo directo del montemos en que Cristo resucitó. Sin embargo, podemos llegar a percibir este acontecimiento por otros camino y ser testigos veraces d  este suceso singular. El resucitado se hace presente, se "aparece", y los discípulos lo pueden "ver". Con esto los evangelios nos sugieren que hay unos signos por los que el resucitado se hace presente.
Para llegar a percibir estos signos es necesaria la fe. El resucitado pertenece ya a una esfera del mundo totalmente nueva, a la situación definitiva que nos espera. No hay ningún hecho conocido en la historia que se pueda comparar con la resurrección de Jesús. Es algo nuevo y, además pertenece al futuro, no al pasado; por eso no se puede sino creer y esperar. "Dichosos los que creen sin haber visto".

III DOMINGO DE PASCUA

Evangelio Lc 24 13-35

Muchos creen que la fe es algo que puede vivir aparte de la vida; como si fuera un sidecar que lo acoplamos a nuestra moto. Ello hace que busquemos a Dios o a Cristo por los cielos, fuera del mundo. La fe es un encuentro con Cristo , que se produce y se desarrollo en el camino de la vida ordinario.
En un camino normal de fin de semana, hacia Emaús, Jesús se hace presente, comenta la noticia, interpreta lo ocurrido en Jerusalén se abra a la intimidad de dos caminantes, llega a entrar en su casa y les ayuda a nace en la fe. El Resucitado se hace también presente en el trabajo que, con espíritu de solidaridad, realizan los discípulos.
El Señor es´ta en el camino de la historia humana para ayudarnos a hacer de nuestros pasos una historia de la salvación.

IV DOMINGO DE PASCUA

Evangelio Jn 10, 1-10

La actitud de Jesús de Nazaret, en cuanto Pastor, es una lección que nunca se acaba de aprender. El pastor bueno, el líder verdadero, es el que sabe dejar de ser pastor el rebaño; no lo es aquel que sacrifica o diezma el rebaño para conservar su liderazgo. El verdadero dirigente es aquel que ayuda a que el grupo sea capaz de enfrentarse responsablemente con su propio destino. De borrego sin rumbo decidido, el Buen Pastor promociona al hombre para que se haga, en solidaridad con los demás, pastor de su propia vida.

V DOMINGO DE PASCUA


Evangelio Jn 14, 1-12
Yo Soy el Camino, y la Verdad y la Vida

El itinerario del hombre hacia Dios pasa necesariamente por Cristo. Ahora bien, este encuentro con Cristo no va envuelto en un ambiente de prodigios deslumbrantes. Cristo se manifiesta a través de sus obras, que son obras a favor de la liberación humana. Igualmente la Iglesia, en nombre de Cristo, continuará estas mismas obras, y ellas serán su gran motivo de credibilidad.




VI DOMINGO DE PASCUA

Evangelio Jn 14,15-21

El Espíritu Santo, presente en la comunidad de creyentes, es el único defensor y abogado que Jesús ha legado a sus discípulos. La Iglesia no deberá buscar otras apoyaduras de tipo mundano, por muy honorables y respetables que sean.




VII DOMINGO DE PASCUA

Evangelio Mt 28, 16-20
Ascensión del Señor


La ascensión de Jesús nos revela que la plenitud solamente la alcanzamos al final y que, además, es un don de Dios. Jesús, exaltado, hecho Señor y Primogénito de sus hermanos, se la garantía del a promesa que esperamos. Pero es, a la vez, un proyecto inmediato de acción, un quehacer, una tarea sin dilación: "¿qué hacéis mirando al cielo ? Volverá", pero por el momento "quedaos en la ciudad" e "id y haced discípulos", sabiendo "que yo estoy con vosotros todos los días".

VIII DOMINGO DE PASCUA


Evangelio 
Pentecostés

El Espíritu Santo se comunica con los creyentes. Es inútil que pretendamos inducir una acción del Espíritu con solas nuestras propias fuerzas. La fe siempre será un fenómeno misterioso que sobreviene al hombre desde arriba.





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